Durante la mayor parte de la era industrializada, la generación de energía ha venido de fuentes centralizadas (como las centrales de carbón). Sin embargo, con el mayor desarrollo de otras fuentes de energía, incluidas las energías renovables a una escala mucho menor, la oportunidad de combinar estos flujos de energía para ayudar a satisfacer las demandas de energía se ha hecho realidad.
Este es el concepto detrás de una planta de energía virtual (VPP por sus siglas en inglés) que tiene como objetivo optimizar las centrales eléctricas, incluyendo combustibles fósiles y solares. Cada una de las fuentes de energía dentro de una red VPP es de propiedad y operación independientes, pero se administran a través de un sistema central que monitorea cada una de ellas y las controla a través de datos encriptados.
El concepto de VPP no es nuevo: sus raíces se remontan a los años 90, pero en su mayoría eran teóricas en ese momento debido a restricciones y limitaciones tecnológicas. Pero para 2010 la tecnología había evolucionado, y Alemania en particular adoptó este modelo a medida que el país cerró sus fuentes de energía nuclear. Las VPPs se han convertido en un enfoque viable y progresivo para satisfacer las demandas energéticas en todo el mundo.
Una VPP es una interfaz para las diversas fuentes de energía distribuidas (DER), que pueden incluir tanto plantas de combustión de combustibles fósiles como renovables. Todos los activos de una VPP pueden comercializarse como una unidad colectiva, abriendo oportunidades para los productores más pequeños que de otro modo no podrían incorporarse al mercado mayorista de electricidad. El unirse, pone a las VPPs en un juego nivelado con centrales eléctricas centralizadas.